KUMIAI 1ª parte: en el restaurante de mala muerte
En un lugar indeterminado, al cual llamaremos Palma de Mallorca (pero vamos, por poner un sitio cualquiera) en el año 2005 después de la invención de los reyes magos, se creó una organización criminal. El nombre de esta organización era “Investigación Molecular de Ombligos de Yak Nacidos Únicamente en Kioscos”, en siglas Imoynuk, pero como la combinación de siglas no molo, se cambió y el nombre que quedó fue Kunyomi. Pero seguía sin gustar, así que se cambió a Kumiai, que significa "me pica la nariz pero tengo las manos ocupadas cargando las cajas de manzanas" en japonés. Los miembros de esta organización eran gente dispuesta a cualquier cosa con tal de conseguir su principal objetivo, ir a Japón.
Pero no todo salió según los planes de la organización, algunos de los miembros empezaron a desaparecer en situaciones extrañas y lo más raro de todo, no dejaban ningún rastro. Ante la crítica situación que se vivía, se decidió que los miembros tenían que reunirse en secreto para evitar la desaparición de la organización. Nadie conocía a nadie, así que se decidió también que todos los miembros de Kumiai, en sus encuentros clandestinos, tenían que llevar algún kanji visible.
Y esta era la situación. Yo, Litos, uno de los miembros de la organización criminal Kumiai, me dirigía al lugar señalado para hablar de la situación con uno de mis compañeros, al cual no conocía, y empezar con nuestras acciones para poder cumplir con nuestro objetivo. El lugar era un restaurante a las afueras de la ciudad, mientras caminaba podía ver que el estado de las aceras iba empeorando hasta el punto de que caminaba sobre tierra. Allí estaba el local de mala muerte en el que había quedado con mi compañero. Entré lo más rápido posible.
-Mala Muerte: ¡Bienvenido! ¿Tiene mesa reservada?
-Litos: Sí, por supuesto. A nombre de “toma flan Danone, no pares, no pares”.
-MM: Espere un momento que mire… sí, aquí está, ¡oh! ¡La mesa al estilo japonés! Tiene buen gusto.
-L: Sí, lo sé, siempre me lo dicen.
-MM: Acompáñeme.
-L: Sí.
Me acompañó a la mesa central del restaurante, desde la cual se podía contemplar a todas las mesas y desde todas las mesas se nos podía admirar. Un sitio perfecto para pasar desapercibidos. Nada más llegar, me senté.
-MM: Perdone si soy indiscreto, pero, ¿podrá pagar la comida?
-L: ¿Está dudando de mi poder adquisitivo?
-MM: No, disculpe, lo digo por lo que lleva en la bandolera, esa letra china, es muy friki, ¿no?
-L: ¡¿Me está llamando friki?! ¡No me lo puedo creer, que deshonra! ¡Yo, que soy un gourmet de la revista “Restaurantes que te Cagas en las Bragas” y que he venido exclusivamente a comer por que me habían dicho que la especialidad de la casa estaba tan buena que te chupabas los dedos de los pies! ¡¿Este es el trato que dan a los clientes en su local?! ¡Quiero la hoja de reclamaciones! ¡Qué indignante! ¡No me lo puedo creer! ¡Qué ofensa hacia mi persona!
-M: Lololo lo siento, disculpe, no quería ofenderle, me sabe muy mal. Por favor, siéntese y apague las bengalas. Todos los clientes están mirando y van a creer lo que no es. Por favor, no chille tanto. Para solucionar mi error, le invitamos a todo lo que quiera.
-L: Perfecto, de primero, una sopa, de segundo, unas pechugas de pollo con patatas fritas, de postre, una tarta de queso con mermelada de fresa y de beber, tráigame una botella de agua. No, no quiero café.
-MM: … Pero, lo que ha pedido no es ninguna de nuestras especialidades. ¿No lo tendría todo planeado desde el principio para que la comida le saliera gratis?
-L: ¡¡Pero bueno me está…
-MM: Vale, vale, ahora le traigo lo que ha pedido, pero haga el favor de guardar el megáfono.
-L: No, tiene que venir otra persona, esperaré hasta que llegue.
Como de costumbre había vuelto a llegar muy pronto y todavía faltaba un cuarto de hora para que llegara mi compañero. Mi fantástico plan “Lo bueno, si gratis, dos veces bueno” había salido a la perfección. Mientras esperaba decidí escuchar las conversaciones que había a mi alrededor, quizas pudiera sacar tajada más tarde.
-Camarero: ¿Ya se ha decidido?
-Señora mayor: Sí, joven. Quería una pizza de… ¡ay! ¿Cómo se decía…? ¡Qué cabeza tengo…! Espere, espere, que lo tengo en la punta de la lengua.
-C: Si me dice cuales son los ingredientes, yo le puedo decir cual es.
-SM: ¡Ay, joven! Pues creo que llevaba… tomate, pero no a rodajitas ¿eh?... queso, pero no era manchego, que yo crea… también croquetas de pollo… ¡ay! No, espere, que creo que me estoy equivocando de plato…
-C: Pues… la verdad, no sé a cual se refiere… con esas pistas… si un caso, vuelvo en cinco minutos y me dice cual quiere, ¿vale?
-SM: No, no, no. Ya sé cual es, ¡una que dure todo el año!
-C: … Por un casual, ¿no se estará refiriendo a una cuatro estaciones?
-SM: Sí, esa, pero ¡ay, joven! Yo como muy poco, me basta con una primavera, ¿vale?
-C: … Vale… ahora mismo se la traigo.
Decidí escuchar otra conversación.
-Señor: Te he dicho que te comas la carne.
-Niño: Pero es que ya estoy lleno, jooo…
-Señor: ¡Qué te la comas!
-N: No, a partir de ahora soy hervíboro.
-S: Así que ahora te ha dado por ser hervíboro, a mí me da igual, no te la comas, esta noche para cenar te comerás el césped del jardín.
-N: ¡Ajjj, no! ¡Qué asco! Entonces soy heladívoro.
-S: ¡Cómo no te la comas te voy a dar un guantazo!
-N: Eso es maltrato infantil y te puedo denunciar.
-S: No, eso se llama “o te comes la carne o cuando vuelva tu madre del baño le digo quien a cogido su sujetador para tirarle huevos a los gatos de los vecinos”.
-N: … Jooo, ¡cómo te pones por diez trozos de carne! Ya me los como, ya…
Otra conversación sin nada de provecho, cambié de conversación.
-Señor: ¡Qué guapa eres Pili!
-Chica: Esto… me llamo María, ¿quién es esa Pili?
-S: Nadie, nadie, yo sólo te quiero a ti. Estaba pensando en los nombres de nuestros hijos.
-C: ¡Ayyyy, qué bueno eres Fernando! Como me gustaría tener hijos, ¿Cuándo te gustaría tenerlos?
-S: La verdad, no lo sé, pero primero me gustaría divertirme un poco, como el sábado, ¿a que sí, Isa?
-C: … ¿El sábado? Pero si yo estaba en Barcelona de viaje de negocios…
Esta conversación estaba más que interesante, pero la tuve que dejar a medias. Me fijé en la entrada, había una persona con un Kanji en la chaqueta. Era mi compañero, se estaba acercando a la mesa con paso firme. Se paró en frente de mí y me sonrió.
-Litos: ¡Hola! ¡Encantado! Soy Litos, ¿y tú? ¿Cómo te llamas?
CONTINUARÁ
15 comentarios
peter moon -
litos -
Felipe -
litos -
Así que en vuestra universidad hay gente rara, ya decía yooo...
Josh -
La historia es genial... yo me partía con lo del megáfono!!! jajaja
ejem...
jajajajajajaaj (si es q solo de repensarlo me parto...)
Litos -
No paseis pena, a lo mejor la semana que viene ya la hago.
Ani-chan -
Litos -
Cuidado en las salas de pc\'s, hay gente chunga.
Karoru -
P.D.: Me he ganado miradas chungas, porque estoy en la sala de ordenadores de la universidad y casi me río a carcajadas...XDDD.
Litos -
eleganciainterior -
Litos -
En teoría será cada dos semanas, aunque puede que a veces sean tres.
OK! Tú también saldrás en las aventuras de los Kunyomi.
Vege -
Acuérdate de que a mí tambien me puedes sacar en algún capítulo.
Litos, eres un genio!!
Litos -
Mi compañero es... ah! Eso no lo puedo decir, tendrás que esperar a la continuación.
Arashi -